El Punto Ciego de Aguas Blancas: Una Finca Denunciada Como «Aduana Paralela» del Contrabando
Aguas Blancas, Salta – En una revelación que pone en jaque la efectividad de los controles fronterizos en la zona norte de Salta, Adrián Zigarán, interventor de Aguas Blancas, ha lanzado una seria advertencia: el contrabando y el tráfico ilegal no solo persisten, sino que se han concentrado en una finca cercana al paso fronterizo con Bolivia, operando fuera de todo control estatal.
La finca en cuestión, identificada como Finca Karina, se ubica a tan solo dos kilómetros del límite con Bolivia y, según Zigarán, se ha convertido en un centro neurálgico para actividades ilícitas. «Esta es la parte del Plan Güemes que no me cierra», sentenció el funcionario, refiriéndose al programa gubernamental para reforzar la seguridad en la frontera. La preocupación de Zigarán se agrava al señalar que, a pesar de que Gendarmería está al tanto de la situación, no se observan acciones concretas. «Hay alguien detrás de esto que todavía no logro identificar», afirmó, sugiriendo una compleja red de complicidades.
El interventor detalló que Finca Karina, presuntamente propiedad de un ciudadano boliviano de apellido Zalazar, funciona como una verdadera «aduana paralela». Por allí transitan con impunidad vehículos robados, mercadería de contrabando y hasta «gomones», cuya importación está prohibida en Bolivia. La gestión de esta «aduana» estaría a cargo de un individuo conocido como «José», quien, según el funcionario, orquesta una red de tráfico con la presunta complicidad de los propietarios de la finca.
Zigarán remarcó la ilegalidad de la situación, aludiendo a la ley que prohíbe a extranjeros poseer tierras en zonas de frontera. «La ley prohíbe que extranjeros tengan tierras en zonas de frontera, y sin embargo esta finca sigue operando como si nada», alertó. La inacción de las autoridades frente a esta flagrante violación genera aún más interrogantes sobre los intereses ocultos detrás de esta operación.
Una de las principales consecuencias de la reciente instalación del cerco perimetral en Aguas Blancas —parte del Plan Güemes para controlar el flujo migratorio— es el desvío del movimiento ilegal hacia Finca Karina. «Se están desviando los controles. Aguas Blancas queda expuesta mientras todo el tráfico va hacia ese lugar sin control», explicó Zigarán, señalando una falencia crítica en la estrategia de seguridad.
La situación se complejiza aún más con las denuncias de vecinos sobre la inacción de Prefectura, que supuestamente «hace la vista gorda» ante las actividades ilícitas. Mientras tanto, Finca Karina continúa operando como un «punto ciego» en la frontera, donde la ley parece no regir y la eficacia del Plan Güemes, según Zigarán, se ve seriamente comprometida.
